1

Destino, la cárcel.

Bueno, hoy era el día, en que el juicio no era emocional, el día en el que quién estaba al otro lado para juzgarte no te quería, ni te perdonaba, ni sufría durante años por ti. 

Hoy,  has vuelto a romper el corazón a los que han creído en ti cuando suplicabas, a los que has engañado una y otra vez. 


Ya he pasado por esto, todo el paisaje emocional me resulta familiar. Demasiado familiar...

Vuelvo a tener el corazón en un puño, todos mis músculos en tensión a la espera del tiempo, que es lo único que tenemos, y que queremos que pase. Son muchos años los que estarás lejos. Me duele en el alma, y me duele en el corazón. 

Pero tu has llegado solo hasta allí, nos has escuchado las voces que te aconsejaban que no continuaras, todo camino tiene un destino. 
Siento mares de lástima, de rabia, de razón, de sufrimiento, en silencio que no se como canalizar, me duele.

 
Duele. Duele. Duele.

Duele los que pagan por ti, 
duele por los que sufren, 
duele porque nada volverá a la normalidad hasta que no deje de doler. 

Duele, porque dolerá siempre. 

0

Próxima parada: Pasado

"No hay más nostalgia que añorar lo que aún no ha sucedido"

Cuando nacimos, eramos libres, de todo lo concerniente a este mundo; libres de prejuicios y contrariedades. 

Pero con el paso del tiempo, al compás de nuestro crecimiento comenzamos a hacer uso de nuestro libre albedrío y es justamente eso el que nos fue condenando de a poco a poco, atandonos a distintas cadenas del pasado que con el paso del tiempo nos han inmovilizado, por eso es que añoramos tanto el pasado....por eso es necesario vivir intensamente hoy....el pasado se fue y no lo podemos cambiar...por lo que hay que aprender es a cerrar circulos en nuestra vida....ya que “Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida." porque si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. 
No podemos estar en el presente añorando el pasado. 
Ni siquiera preguntándonos por qué. 
Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. No, ¡los hechos pasan y hay que dejarlos ir! 
Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o regalar. 
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación porque la vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si andas por la vida dejando ‘puertas abiertas”, por sí acaso, nunca podrá desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. 

Es salud mental, amor por ti mismo desprender lo que ya no está en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque: cuando viniste a este mundo ‘llegaste’ solo.



1

Reflexión

Come despacio que tengo prisa. 



1

Batallas

Tengo mil cosas pendientes que hacer que me gritan que no pueden esperarme, pero en mi cerebro hay una guerra. Mientras me obligo a ser imparcial,  ni si quiera puedo pensar, todo esta patas arriba y no se por donde empezar para solucionar aquellos pequeños desperfectos a lo que ha dejado paso la batalla. 

No puedo más, estoy agotada. 

Agotada por el esfuerzo que me supone no sentirme débil, no sentirme vulnerable. 
Agotada por esforzarme en ser alguien que no conozco. 
Agotada por mis intentos fustrados por ser perfecta. 
Agotada por demostrar a todos aquellos que nunca han creído en mí. 
Agotada por mantener relaciones que acabaron antes de comenzar.
Agotada por buscar consuelo o aprobación de mentes ajenas. 
Agotada por comprobar que mi autoestima de momento no tiene pensado volver. 
Agotada por creer que llegará un día en el que no esperaré el siguiente día. 
Agotada por dar explicaciones de todo aquello que hago.
Agotada.
.
.
.

Copyright © 2009 Introspección All rights reserved. Theme by Laptop Geek. | Bloggerized by FalconHive.