1
Odio y amor
Escribo porque estoy triste, por estar triste.
Y solo alcanzo a preguntarme si podría venir alguien a buscarme y llevarme a otro lugar?
Creo que aquí ya no quiero estar.
Paseando por los rincones de mi mente, descubro aquello que no sé y que no sabré porque juega al escondite y no pretende aparecer. Eso que se traduce en sensación, en incomodidad, y sobretodo, en ambición.
En ambición por demostrarme, por quererme más y olvidar tanto que sigue muy dentro de mi.
Todo no ha ido tan bien como parece, quedaron grietas que muy a mi pesar no se pretenden cerrar.
Creo que una historia que no superas estas condenada a volver a vivirla. Como cambia cuando no hablas de amor, ni de amistad y hablas de algo, de lo que el límite no conoció el dolor. Como de adentro pretendes guardar lo que no quieres que siga existiendo, y como se sigue manifestando sin previo aviso, ni lógica, ni razón.
Como falta el aire y como se desvanece la respiración, al saber que probablemente nadie que no seas tu misma entenderá lo que dolió y podrá algún día cogerte de la mano y hacerte sentir que seguirá estando a tu lado, pase lo que pase, que jamás habrá un último adiós.
Una sensación que me persigue golpeándome cuando menos lo espero con una dolorosa combinación, la máxima expresión de odio y amor, por alguien que me abandonó.
Y solo alcanzo a preguntarme si podría venir alguien a buscarme y llevarme a otro lugar?
Creo que aquí ya no quiero estar.
Paseando por los rincones de mi mente, descubro aquello que no sé y que no sabré porque juega al escondite y no pretende aparecer. Eso que se traduce en sensación, en incomodidad, y sobretodo, en ambición.
En ambición por demostrarme, por quererme más y olvidar tanto que sigue muy dentro de mi.
Todo no ha ido tan bien como parece, quedaron grietas que muy a mi pesar no se pretenden cerrar.
Creo que una historia que no superas estas condenada a volver a vivirla. Como cambia cuando no hablas de amor, ni de amistad y hablas de algo, de lo que el límite no conoció el dolor. Como de adentro pretendes guardar lo que no quieres que siga existiendo, y como se sigue manifestando sin previo aviso, ni lógica, ni razón.
Como falta el aire y como se desvanece la respiración, al saber que probablemente nadie que no seas tu misma entenderá lo que dolió y podrá algún día cogerte de la mano y hacerte sentir que seguirá estando a tu lado, pase lo que pase, que jamás habrá un último adiós.
Una sensación que me persigue golpeándome cuando menos lo espero con una dolorosa combinación, la máxima expresión de odio y amor, por alguien que me abandonó.