Marionetas de la mano

El amor tiene un poder que se nos escapa de todo razonamiento. De esto han escrito filósofos, científicos, psicólogos... probablemente yo no sea la persona que mejor pueda describir estos pensamientos. 

Pero lo que si que sé, es que a mi , personalmente, me transforma en marioneta perdiendo así toda capacidad para decidir lo correcto en miles de circumstancias. 

Con el querer somos capaces de hacer aquello que odiamos, somos capaces de abandonar nuestros principios, de cometer otra vez los mismos errores siendo conscientes, de alejarnos del camino correcto, de perjudicarnos...Veo al amor como un peligro que me amenaza constantemente, se que no es sano. Pero no puedo evitar sentir que en el momento menos pensado, cuando baje la guardia, me atrapara y me convertirá en una persona vacía.

No se porque no puedo dejar de pensar en cómo soy, no paro de intentar entender porque no quiero acercarme a alguien, porque no quiero querer a nadie. Es triste que el mundo entero pague por lo que no ha hecho. Creo que la única justificación que puedo encontrar son las primeras líneas de este ensayo en el que me identifico como una marioneta que se mueve en función del amor que proyecta hacia los demás. 

 

Sabéis, en este punto de descripción de mis pensamientos, me siento tan triste, porque acabo de recordar cuando escribía hace no mucho tiempo lo feliz que era compartiendo mi vida y todos aquellos aspectos positivos que iban de la mano de esa actitud. Ahora, ni siquiera me acuerdo de todo aquello con exactitud. Solo puedo pensar, que no quiero ser débil.