0

440 kilométros

Son los que me separan de ti.
Con fuerzas, y preparada psicologicamente desde hace semanas, todas mis corazas se vuelven de aire en cuanto empiezo el camino, un camino de vayas y rejas que separan el cielo del infierno. Tierra, aire y sol delimitan mi actitud, nada a la vista durante varios minutos hace que me conciencie de lo que me espera detrás de ese abismo.
Una torre de control y redes hasta el infinito a mi vista te separan del mundo. Una identificación ante la seguridad y una larga espera me llevarán hasta ti. No son identificables todas las sensaciones, un dolor invisible y seco me atraviesa, siento como si me arrancaran el alma al cruzar mil pasillos, camino deprisa desesperada por sentirme más cerca, teniendo la sensación de que nunca se acaban las puertas.
Avanzo dejando a todos los figurantes atrás, yo no puedo sonreir, no puedo pensar, no puedo hablar, tengo todos y cada uno de mis organos encogidos, tengo paralizadas mis funciones vitales. Veo el principio del fin y el fin del principio, una última puerta me lleva hasta ti, se aletargan mis pasos y movimientos y siento pánico al cruzarla.
Espero ansiosa detrás de un gran cristal, espero tu llegada, se produce un desfile de personas, que habrán hecho para estar ahi, me pregunto a mi misma, y antes de contestar, apareces tu, entre toda la multitud te distingo por tus andares.
Me suplicas que no llore, me prometes que todo esto acabará, hablamos, lloramos, sentimos juntos que no puedes más. No dejo de mirarte a los ojos, veo toda tu vida detrás. Sabes lo que has hecho mal, desmientes, acusas, vuelves a llorar. No hay marcha atrás. Todo a cambiado, te aseguro que nadie te olvidará.
No te puedo tocar, te miro, me miras, nos miramos, tocamos el cristal. No sabes lo que daria por poderte abrazar.
Un aviso nos informa que se nos acaba el tiempo, se te acaba el tiempo, como se te acaba la vida sin poderla disfrutar, como te pasan los dias sin poder sentir tu libertad.
Se corta la comunicación y no te escucho, te leo los labios, yo también te quiero, siento cada metro que te alejan que se me encoje el corazón, no te vayas, no te separes de mi.
Tengo que salir, vuelvo a los pasillos sin fin, me giro y veo que sigues ahi, detrás de muchos cristales y rejas te sigues despidiendo de mi, yo también te quiero, yo también te quiero, yo también...
Vuelvo a casa y dejo mi corazón, a 400 kilómetros de mi.
Miras hacia atrás y te arrepientes, ya no hay vuelta atrás.
Te queremos, te quiero, y no te olvidaré jamás.

Copyright © 2009 Introspección All rights reserved. Theme by Laptop Geek. | Bloggerized by FalconHive.