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El fin de nada
Nacemos para querer y ser queridos, no podemos evitar sentir la necesidad de demostrar quienes somos y todo lo que podemos ofrecer. La mayoría de las veces que elegimos lo hacemos de manera equivocada, pero para mi, todas esas equivocaciones ya suponen peldaños, y allí, arriba de todas las cuestas empedradas y repletas de escaleras me espera el acierto.
No se a quien debo dirigirme para agradecerle que me haya abierto los ojos, o que más bien, que me haya cambiado la vida.
Porque ahora creo que , solo la persona equivocada, es capaz de hacernos ver que ella no es la persona adecuada para nosotros...