Ha dejado de llover.

Hace mucho frío ahí fuera, ya ha dejado de llover. Ya ha dejado de doler. 

Ahora me pregunto de que ha servido, tanto. Para que ha valido, tanto. 

Tengo que parar unos segundos mi mundo para acordarme, para ser capaz de recordar momentos contigo. Y solo soy capaz de preguntarme: porqué tanto...?

Nos aferramos a nuestras ideas, y nos creemos aquello que nos interesa creer, nos ponemos en posición de otro creyendo que pensará lo que nosotros creemos, articulamos y montamos historias a nuestro antojo sin ni siquiera ser conscientes y si no queremos sentir dolor, inventamos justificaciones por no enfrentarnos a la situación. Hacemos mil cosas como mecanismo de autodefensa. Pero...hasta un punto todo puede tener cierto sentido, o cierta lógica.

No más mecanismos de autodefensa, no soy una flor carnívora.

Cada vez más inhumana y más dura. 

Una vez más, me he vuelto a dar cuenta de que estaba equivocada...

A destiempo. Un poco tarde quizás. 

Imagino que no importa. Dicen que esto de sufrir es atemporal. 

Sigue haciendo mal tiempo, no se si volverá a llover.